El mapa de calor sobre el robo al autotransporte abarca cada vez más estados.
Por Alfredo Careaga*
En 2023, México enfrentó una cifra preocupante de robos a transportes. De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), solo en el fuero común se registraron ocho mil 362 robos a transportes. Aunque los números son menores en comparación con el pico registrado en 2018 de 12 mil 080, el aumento generalizado de estos incidentes desde 2015 ha tenido un impacto significativo en la economía y la seguridad nacional, pues durante ese periodo el 82.6% corresponde a robo con violencia.
Según los datos del SESNSP, los estados con la mayor incidencia de robo a transportistas acumulado entre 2015 y 2023 son el Estado de México con un total de 33 mil 345 incidentes, Puebla con 13 mil 251, Michoacán con ocho mil 682, Nuevo León con cinco mil 350 y Morelos con cinco mil 170.
Adicionalmente, otras asociaciones del sector transportes como la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) han reportado un alto número de incidentes también en los estados de Veracruz, Tlaxcala, Jalisco, Querétaro y Guanajuato.
Por su parte, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) informó de un incremento del 26.21% en el robo de vehículos pesados en México hasta junio de 2023, comparado con el mismo período de 2022.
El sector asegurador no ha sido ajeno a este impacto y se ha visto forzado a reaccionar, algunas aseguradoras han decidido retirarse o reducir su capacidad de cobertura para este riesgo, especialmente en lo que respecta al robo de vehículos pesados. Esta contracción de la oferta de seguros, sumada a la alta siniestralidad, ha resultado en incrementos de las primas para esta cobertura. Adicionalmente, las aseguradoras exigen cada vez más medidas de seguridad adicionales, como la custodia armada y sistemas de localización satelital, para considerar cubrir estos riesgos.
Estas medidas, aunque necesarias, también han aumentado los costos operativos para los transportistas y, en consecuencia, el costo de los bienes para el consumidor final. Debido a esto, tanto particulares como empresas en el sector de transportes han decidido optar por no comprar pólizas de seguro, prefiriendo autoasegurarse o retener el riesgo. Este hecho se ve reflejado en las estadísticas de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), donde se observa un decremento del 10.4% en pólizas emitidas y del 81.3% en sumas aseguradas entre 2021 y 2022.
En conclusión, el robo de carga en México no solo representa un desafío para la seguridad y la economía, sino también para el sector asegurador. Si bien la implementación de tecnologías avanzadas, como el rastreo GPS y sistemas de monitoreo en tiempo real, son herramientas que ayudan a prevenir robos y facilitan la recuperación de cargas y vehículos en caso de incidentes, se necesita también la colaboración con las autoridades para mitigar estos riesgos y establecer políticas públicas para proteger a todas las partes involucradas.
La inseguridad en las rutas de transporte afecta la cadena de suministros, aumentando los costos y afectando la confianza de los inversores nacionales e internacionales. Este tema es aún más relevante cuando consideramos que México está en una posición ideal para beneficiarse del nearshoring, y que los beneficios de este podrían disminuirse si no se resuelve el problema.
*Alfredo Careaga es director de desarrollo de negocios de THB México, empresa internacional dedicada a la intermediación de seguros, reaseguros y gestión de riesgos.
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